El ‘ObserWATTorio’ de Prysmian
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Una hoja de ruta para avanzar en la transición energética
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La compañía presenta un documento que ilustra, con datos, el ambicioso camino hacia la descarbonización en 2030 y 2050.
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Además del diagnóstico, plantea soluciones y tendencias para el sector energético, profesionales y particulares.
La transición energética en España y la Unión Europea hacia las renovables y la descarbonización y eficiencia de la demanda, ha pasado de ser un objetivo prioritario, en los horizontes de 2030 y 2050, a una urgencia en el corto plazo para las agendas de los gobiernos europeos. A las amenazas, cada vez más tangibles, de la crisis climática y los efectos del calentamiento global, se han sumado las incertidumbres del suministro de combustibles fósiles y tensiones de precios desencadenadas a raíz de la invasión rusa de Ucrania. Y a pesar de que el ritmo de implantación de energías limpias, como la eólica y la fotovoltaica se acelera, aún no es suficiente sin un cambio radical de los vectores de consumo principalmente hacía la electrificación. Para establecer un diagnóstico de partida y marcar hitos y soluciones en el camino a seguir, Prysmian, empresa líder mundial en el segmento del cableado para el sector energético y de las telecomunicaciones, ha confeccionado la primera edición del ObserWATTorio 2022, Balance de la Transición Energética en España y pronósticos para el horizonte 2030, un documento con vocación de continuidad que permitirá analizar la evolución de decenas de indicadores estadísticos.
En palabras de Joan Panella, director de marketing estratégico de Prysmian, “el ObserWATTorio pretende servir de guía, como un faro para el sector energético que, además de permitirnos saber dónde estamos, plantea soluciones y visualiza aquello que funciona y pone foco en aquello en que se debe mejorar” hacia la descarbonización.
Cinco pronósticos
El autor del documento, el consultor especialista en energía, economía sostenible y tendencias en ecoinnovación Juanjo Catalán, destaca que además de las estadísticas, que ilustran la magnitud del desafío hasta final de esta década y mediados del siglo XXI, “el objetivo es que el ObserWATTorio sirva como referencia útil para profesionales” y el público en general. Para estructurar el amplio abanico de “cambios y disrupciones, sobre todo, en esta década trascendental”, se ha subdividido el reto de la transición energética en cinco pronósticos, desde el marco general y normativo, pasando por los avances tecnológicos, hasta el impacto y posibilidades que abre para los consumidores, el mercado laboral y empresarial, y el mismo sector energético.
El documento esume el nuevo modelo “con las 4D, de descarbonización, digitalización, descentralización y democracia”, esta última en el sentido de que se cuenta con la participación activa de los consumidores, llamados también a producir energía doméstica o industrial in situ, pasando a ser “prosumidores”. Como punto de partida, el consultor toma el escenario marcado por el World Energy Transitions Outlook IRENA y por el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030, al cual incorpora el potencial que deberían aportar los fondos europeos Next Generation durante los próximos dos años.
Pero más allá de la buena noticia del incremento de generación de electricidad limpia, en las conclusiones del ObserWATTorio se hace hincapié en “la necesidad de acelerar la descarbonización de la industria pesada, el transporte y la electrificación de la demanda”, con la apuesta por el despliegue de puntos de recarga públicos y domésticos para un vehículo eléctrico que, a su vez, podría servir como batería para el consumo de hogares con placas fotovoltaicas en horario nocturno. Y alerta también de que la eficiencia energética de los edificios, o su digitalización para optimizar consumos energéticos, no avanza al ritmo previsto.
Posibilidades
El documento propone igualmente apostar por tecnologías paralelas para capturar el CO2 o generar hidrógeno verde como combustible limpio, y considera urgente la adaptacin del mercado laboral y empresarial. En este sentido, uno de los grandes déficits es la alta demanda de mano de obra ahora insatisfecha –que hace imprescindible “reenfocar la oferta de Formación Profesional (FP), potenciarla y prestigiarla”, en palabras de Catalán–, para nutrir un tejido de empresas demasiado atomizado. Las perspectivas de futuro, sin embargo, son favorables para el crecimiento de muchos pequeños industriales, que podrían encaminarse hacia el modelo de empresas de servicios energéticos (ESE), o bien gestionar agregación de demanda eficiente entre particulares.